¿Alguna vez te sentiste agobiada por la presión de encajar en los estándares de belleza? Seguro que sí, ¡no estás sola en esto! La verdad es que todos, en mayor o menor medida, hemos lidiado con estas inquietudes.
Hoy quiero hablar de por qué le damos tanta importancia a nuestra apariencia y cómo esta preocupación se desarrolla con el tiempo. Verás cómo factores como la crianza, el ambiente familiar, la influencia de la sociedad y los medios contribuyen a que nos preocupemos constantemente por esto.
Además, te compartiré algunas estrategias para cambiar tu perspectiva y construir una relación más positiva con tu cuerpo.
¿Recuerdas cuando empezaste a preocuparte por tu cuerpo?
Seguro te has dado cuenta de que preocuparnos por cómo nos vemos no ha sido siempre así. ¿Recuerdas cuando eras niña y simplemente no te importaba cómo lucías?
En algún momento, esa tranquilidad se convirtió en una preocupación constante por nuestra apariencia. ¿Te has preguntado por qué ocurre esto?
¿Por qué nos importa cómo nos vemos?
La preocupación por nuestra apariencia es completamente natural; no estás sola en esto. Desde que somos pequeñas, recibimos elogios sobre cómo nos vemos, lo que nos hace sentir bien y valoradas.
Recibir cumplidos y sentirnos atractivas es agradable, pero aquí radica el problema: esta preocupación puede volverse demasiado intensa y negativa.
Vivimos en una sociedad que enfatiza la imagen corporal y establece estándares de belleza poco realistas. A menudo, sentimos que no podemos alcanzar esas expectativas, lo que puede convertirse en un problema.
A veces, la motivación para cambiar nuestra apariencia proviene de influencias externas, como los estándares de belleza en los medios o comentarios de otras personas. Cuando nos comparamos con estos estándares, es fácil sentir inseguridad. Esta preocupación puede afectar nuestra autoestima, relaciones y hasta nuestra salud mental.
El desarrollo de tu imagen corporal
La crianza y el entorno familiar juegan un papel importante en la formación de nuestra imagen corporal. Los mensajes que recibimos durante nuestra infancia y adolescencia, ya sean directos o indirectos, pueden impactar en cómo nos vemos a nosotros mismos.
Si creciste en un ambiente donde se daba mucho valor a la apariencia física, es probable que hayas internalizado esas ideas. Los comentarios sobre cómo deberías lucir o comer también pueden tener un efecto duradero.
La sociedad actual también ejerce su influencia. Vivimos en un mundo lleno de imágenes de cuerpos "ideales" que a menudo son inalcanzables. Los medios de comunicación están repletos de imágenes retocadas y mensajes sobre cómo deberíamos ser. Esta constante exposición a estándares poco realistas afectar nuestra percepción de la belleza y cómo nos vemos.
Por eso, la percepción de nosotros mismas no siempre es objetiva ni precisa. La forma en que nos vemos está influenciada por nuestras experiencias pasadas, nuestras emociones y nuestras creencias sobre la belleza y el valor personal.
Los estándares cambiantes de belleza
¿Recuerdas cuando la figura "ideal" era totalmente diferente hace unos años? Los estándares de belleza cambian con el tiempo y la cultura, lo que nos dice que son más bien creaciones sociales que realidades absolutas.
Los medios de comunicación son los culpables de estos estándares cambiantes. Revistas, programas de televisión, redes sociales: todos contribuyen a crear una imagen de cómo se supone que debemos lucir. Pero aquí está el problema: la mayoría de estas imágenes están retocadas y editadas, creando una imagen irreal que es difícil de alcanzar.
¿Has notado cómo lo que se considera "atractivo" puede variar drásticamente de un momento a otro? Un día, las piernas largas son la tendencia, y al siguiente, se celebra la diversidad de tipos de cuerpo. Es de esperar que nos sintamos insatisfechos, ya que perseguimos un ideal que siempre está cambiando.
No hay una única definición de belleza. La verdadera belleza radica en la diversidad y la autenticidad. Cada uno de nosotros tiene una apariencia única que merece ser celebrada. Desvincularte de los estándares cambiantes de belleza es un paso crucial para liberarte de la preocupación constante por cómo te ves.
La diversidad corporal existe
Entonces, ya sabes qué cosas afectan cómo te sientes con tu cuerpo; seguro estás cansada y agotada de perseguir este ideal.
Pero estoy aquí para decirte que hay otra forma. No estamos hechas para vernos de una sola manera, así como un jardín tiene muchas flores, de la misma manera existe la diversidad corporal, con diferentes tipos de bellezas y tamaños de cuerpos.
Para hacer este cambio en la mentalidad y trabajar hacia la aceptación corporal, puedes seguir estas estrategias:
1. Practica la gratitud: En lugar de enfocarte en lo que no te gusta de tu apariencia, comienza a apreciar las cosas que tu cuerpo hace por ti como; caminar, correr, digerir, viajar..etc. Nuestro cuerpo es una increíble máquina que nos permite experimentar la vida.
La gratitud puede cambiar tu enfoque y ayudarte a sentirte más conectado con tu cuerpo.
2. Cuestiona los estándares de belleza: Reconoce que los estándares de belleza son subjetivos y cambiantes. Lo que se considera "hermoso" en una época o cultura puede no serlo en otra. Desafía activamente estos estándares y recuerda que tu valor no está determinado por cómo te ves.
3. Limita la comparación: Redefine tu relación con las redes sociales. Sigue cuentas que promuevan la positividad corporal y la autenticidad en lugar de aquellas que te hagan sentir mal. Recuerda que las imágenes en línea no muestran la imagen completa de la vida de alguien.
4. Practica el auto-cuidado: Dedica tiempo para cuidar tu cuerpo de una manera que se sienta bien para ti. Esto puede incluir ejercicio que disfrutes, una dieta balanceada que te nutra y actividades que te de alegría y relajación.
5. Busca apoyo: Si lidiar con la preocupación por la apariencia se ha vuelto abrumador, considera hablar con un coach o grupo de personas que puede ayudarte a abordar tus pensamientos y emociones de manera constructiva. recuerda que no estás sola.
A medida que practicas esto, te invito a considerar: ¿cómo sería tu vida si te liberaras de la presión de cumplir con los ideales de belleza? ¿Cómo te sentirías si te permitieras ser auténtica y amarte a ti misma por quien eres en lugar de cómo te ves?
Una confianza interior no depende de la apariencia física.
Si estás buscando liberarte de la preocupación excesiva por tu físico y trabajar en la aceptación de tu cuerpo, te invito a unirte a mi mentoría individual donde podremos explorar practicas y técnicas para cultivar una relación saludable y amorosa con tu cuerpo. Aprenderás a desafiar las expectativas irreales, a practicar la gratitud por tu cuerpo y a desarrollar una mentalidad compasiva hacia ti misma.
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