¿Por qué sigo comiendo si ya estoy llena?
- Yamile Angulo Ganem
- 20 may
- 3 Min. de lectura
Acabas de comer.
Ya no tienes hambre.
Pero hay algo dentro de ti que sigue buscando más comida. Una galleta, luego otra… y sin darte cuenta, te apor qué sigo comiendo si ya estoy llena- comer sin hambrecabaste el paquete entero.
O has notado que cuando sales con tus amigos, sientes que te cuesta más parar de comer.
Y claro, después viene la culpa. El enojo. Te preguntas ¿Por qué soy así? ¿por qué sigo comiendo si ya estoy llena?
Spoiler: no es falta de fuerza de voluntad.
No estás rota. No es que estés fallando.
Hay razones reales por las que sigues comiendo si ya estás llena
Y si hoy cambiamos el juicio por curiosidad… si empiezas a entender qué hay detrás de ese impulso, vas a poder salir de este ciclo.
Te voy a contar las 5 causas comunes que explican por qué comes sin hambre
1. No estás comiendo suficiente
Comer sin hambre muchas veces tiene que ver con no haber comido lo suficiente antes. Sí, así suene contradictorio.
Tu cuerpo es sabio. Si durante el día comiste poquito, saltaste comidas o te quedaste corta con la proteína y los carbohidratos… tu cuerpo va a buscar compensar eso como sea.Por eso, cuando te relajas un segundo, abres el paquete de galletas… y boom: aparece el hambre voraz.
Y ojo: aunque sientas que comiste suficiente, si vienes de hacer muchas dietas, eliminar grupos de alimentos, evadir alimentos o hacer ayunos largos…es probable que no le estés dando a tu cuerpo las cantidades que necesita.
2. Tienes demasiadas reglas con la comida
No solo hay restricción física. También existe la restricción mental. Esa vocecita que repite:
"No comas después de 8pm"
"El azúcar es muy dañina"
"el pan engorda"
Estas reglas crean una guerra interna. Y en esa guerra, la mente se rebela.
Cuando finalmente comes eso que estaba “prohibido”, o cuando rompes una regla, el cerebro entra en modo “aprovecha ahora, que después no hay”.
Y si encima de eso sientes culpa por haber roto tu regla… puede que termines comiendo más. No por hambre. Sino por evadir esa culpa.
3. Aprendiste a “limpiar el plato”
“Cómete todo”, “No dejes comida”, “Hay niños que no tienen qué comer”…¿Te suena? Son frases que muchas crecimos escuchando.
Aunque parezcan inocentes, esas ideas también son reglas mentales que nos desconectan de nuestras señales de saciedad. Y así, terminas comiendo más de lo que realmente querías… solo por cumplir con esa regla.
4. Estás comiendo emociones, no comida
Este es uno de los detonantes más comunes. No sabemos cómo manejar emociones difíciles como ansiedad, aburrimiento, rabia o tristeza. Nadie nos enseñó.
Lo ideal sería identificar esas emociones y hacer algo para calmarlas, pero casi siempre las evitamos con comida.
No es por debilidad, sino por falta de herramientas para hacerlo diferente.
La comida está ahí: rápida, accesible, rica. Y si has tenido dietas o mala relación con tu cuerpo, es común que uses la comida como escape.
5. Te falta placer en lo que comes
Este puede ser el más inesperado. El placer también es parte de una alimentación saludable. Y cuando lo ignoras, tu cuerpo lo va a buscar… en donde sea
Comes ensalada cuando querías pizza. Comes desabrido cuando querías algo caliente, sabroso, crujiente .
Tu cuerpo se llena, pero tu mente queda insatisfecha .¿Y qué hace? reclama ese placer.
Comer sin hambre tiene un motivo
Cada vez que comes más de lo que querías, se está activando alguna de estas razones. Y a veces no es solo una… puede ser una combinación de varias.
Como cuando sales con tus amigos: estás emocionada, distraída, disfrutando. Comes más sin darte cuenta.
O tal vez tienes una regla interna que dice que “solo puedes comer ese tipo de comida en ocasiones especiales”, y por eso ignoras tu saciedad en esos momentos.
Por eso, cuando dejas de juzgarte y empiezas a mirar con curiosidad… ´puedes empezar a cambiar.
No es control lo que necesitas. Es comprensión.
Para poder parar de comer y sentirte cómoda, necesitas trabajar la raíz:
Comer suficiente y de forma regular
Romper reglas rígidas con la comida
Reconectar con tus señales de hambre y saciedad
Sentir y nombrar tus emociones
Y sí, permitirte placer al comer
La próxima vez que sientas que estás comiendo sin hambre
No te juzgues. Hazte estas preguntas con mucha compasión y honestidad:
¿He comido suficiente hoy?
¿Comí algo o de una forma que siento que no "debería" comer?
¿Cómo me estoy sintiendo? ¿Hubo algo que me afectó hoy?
¿Mi comida fue placentera? ¿le faltó alguito?
¿Qué estoy tratando de llenar con esta comida?
Comer sin hambre no es un error. Es información.
Cada episodio es una oportunidad para conocerte mejor.
Y si te atreves a mirar debajo del comportamiento, vas a poder hacer cambios reales, sostenibles y llenos de paz.
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