¿Existen los horarios de comer y no engordar? Esta es una de las preguntas que más me hacen en consulta, y es comprensible.
Durante mucho tiempo, la cultura de las dietas nos ha bombardeado con dos mitos: no comer después de cierta hora en la tarde y la creciente popularidad del ayuno intermitente como método para perder peso.
Mito 1 de horarios para comer: comer después de las 6 p. m. engorda
Comencemos con el primer mito: "Comer después de las 6 p. m. engorda porque tu cuerpo ya no va a usar esa energía". A primera vista, esto podría parecer lógico. Después de todo, si nos estamos preparando para dormir, ¿por qué necesitaría nuestro cuerpo energía, verdad?
Pero aquí está la verdad: nuestro metabolismo, ese proceso interno que quema calorías, sigue trabajando mientras descansamos.
Durante la noche, nuestro metabolismo se ocupa de la reparación y recuperación de tejidos. Por eso, nuestro cuerpo no se apaga cuando apagamos las luces, es más inteligente que eso.
Y aquí es donde quiero que te enfoques: cuando se trata de controlar el peso, no hay que obsesionarse con las horas. En realidad, es una simple cuestión de suma y resta.
Cada día tu cuerpo suma todas las calorías que ingeriste durante el día y, resta el gasto energético que tuviste. Esta diferencia a lo largo del tiempo es lo que realmente determina si subes o bajas de peso. No importa la hora a la que ingeriste esas calorías; lo que importa es el equilibrio total.
Y si aún tienes dudas sobre comer en la noche, considera esto: incluir carbohidratos en tu cena puede ayudar a la producción de melatonina, una hormona que mejora el sueño.
Así que, no solo está bien comer en la noche, sino que podría favorecer un descanso más reparador. Prueba opciones integrales y ricas en fibra, como granos enteros, papas, tortillas o pan integral.
Mito 2: el ayuno intermitente
Vamos a desmitificar el ayuno intermitente, un enfoque que ha ganado popularidad para la pérdida de peso al limitar las horas de comida. Suena como magia, pero no todo lo que brilla es oro.
Fisiológicamente, se basa en la idea de usar grasa como energía al restringir las horas de comida. Pero, ¡alto ahí! Usar grasa durante el ayuno no significa que quemes la grasa corporal. Es como encender una fogata con madera en lugar de papel; usas lo disponible pero no te deshaces del exceso
Además, muchas personas que practican el ayuno terminan comiendo más durante la ventana de comida, aumentando el consumo de calorías sin darse cuenta debido a la restricción y los antojos.
Entonces, una vez más antes de obsesionarte con las horas, enfócate en la cantidad y calidad de alimentos. Lo que importa para tu peso es el balance de calorías durante el día, sin importar cuándo las consumes
Entonces, ¿qué importa en los horarios de comer?
La frecuencia y la calidad. La idea no es obsesionarse con las horas exactas de las comidas, sino más bien, cómo distribuimos los nutrientes a lo largo del día. Aquí es donde la flexibilidad se convierte en la clave.
La práctica que más recomiendo es definir una estructura de comidas y guiarlas según nuestras señales de hambre y llenura. Por ejemplo, puedes comprometerte a tener un desayuno, pero varía la cantidad y la hora según tus señales. Esto te permite ajustarte a las necesidades de tu cuerpo sin rigidez ni restricciones.
Lo importante es que no te saltes comidas, ya que eso puede desencadenar una respuesta de hambre descontrolada más tarde.
La calidad de los alimentos es igualmente importante. Mi mejor recomendación es en casi todas tus comidas incluir siempre una opción de proteína magra, vegetales o frutas y rellenar con carbohidratos o grasas.
Esta flexibilidad en la frecuencia y cantidad, junto con lo que incluyes en el plato no solo te ayuda a mantenerte saciado y evitar el consumo excesivo, sino que también te permite tomar decisiones alimenticias intuitivas basadas en las necesidades de tu cuerpo en ese momento.
"Ayuno pero en la noche me lo como todo"
Permíteme compartir contigo un testimonio de una asesorada que venía de ayunar durante meses. Siempre sentía ansiedad por comer en las tardes y, por la noche, tenía atracones de dulces porque creía que era el único momento en el que podía hacerlo.
Tenía miedo de desayunar debido al mito de que saltarse el desayuno ayudaría a perder más grasa. Juntas decidimos probar un experimento durante una semana. Incorporamos una comida equilibrada y nutritiva en la mañana. Esta incluía huevos, frutas, carbohidratos como pan,arepa, avena y grasas como queso o aguacate.
El resultado fue el esperado. No solo disminuyó la cantidad que comía por la noche, sino que también reguló su peso. Este testimonio refuerza la idea de que no importa tanto la hora en la que comes, sino lo que comes en su totalidad.
Así que olvida el reloj y los horarios de comer
Espero que este artículo haya aclarado algunas de las dudas que pudieras tener al respecto. Los mitos sobre no comer después de cierta hora o practicar el ayuno intermitente son solo eso, mitos. La verdad es que nuestro cuerpo es sabio y sigue funcionando sin importar la hora del día.
Si te sientes mejor comiendo temprano en la mañana o disfrutando de una cena más tarde adelante. Lo importante es encontrar un enfoque que sea sostenible y te haga sentir bien contigo misma.
Recuerda que la suma y resta de calorías a lo largo del día es lo que realmente importa cuando se trata de controlar el peso. Así para evitar estos excesos aprende a hacer comidas completas que te dejen satisfecha por horas y libre de antojos.
Si necesitas orientación personalizada para encontrar tu horario de comidas ideal y aprender a crear platos sin preocuparte por el reloj, ¡estoy aquí para ayudarte!
Como coach nutricional mi objetivo es acompañarte en este proceso hacia una relación más saludable con la comida y tu bienestar. Reserva tu asesoría personalizada conmigo hoy mismo y comencemos
Comments